Podrá algún día el argentino medio ser feliz en esta
Argentina, cruzada de ideologías políticas, y mentiras, podrá algún día un
ciudadano común sentirse feliz de vivir en Argentina.
Es difícil saberlo, son muchos los factores culturales, que
nos han llevado a una situación límite de stress, si bien esta específicamente detallado
en nuestra constitución el libre tránsito, hoy es imposible, se ha perdido el respeto
por el otro, se perdió la división de derechos, donde tu derecho termina cuando
empieza el mío.
Se ha perdido el libre comercio, porque un enmarañado de
burocracia estatal hace que muchos ciudadanos no sienten las ganas de negociar
pensando con el solo hecho que deberá recorrer horas en oficinas del estado
para mantenerse en regla y siempre y cuando no tenga que ir a un banco y
retirar un fajo de billetes para el funcionario que debe tomar la decisión final.
Podrá tener un sistema de salud eficiente, sino tiene una
prepaga sólida que lo cubra totalmente contada con los dedos de una mano y
previo pago de una suma sideral por las dudas de verse aquejado de cualquier
tipo de enfermedad.
Es cierto queda la alternativa de la salud pública, pésima por
donde se la mire, especialistas mal pagos, que muchos hasta llegan a romper su
juramento hipocrático y se transforman en mercaderes de la salud, con
infraestructuras obsoletas, falta de insumos, y por sobre todo mal
aprovechamientos de los recursos del estado, y en muchos casos hasta utilizados
por individuos amorales en detrimento del ciudadano común.
La seguridad que tendría que brindarnos la tranquilidad de
poder circular libremente está colapsada, incapacitada, mal equipada y con
salarios bajos al punto tal que muchos de sus componentes se ganan unos pesos más
haciendo vista gorda al narco para que envenene con droga la salud de los
ciudadanos, y muchos casos hasta forman parte de las bandas de mercaderes de la
muerte.
Es el argentino educado y culto, muy poco solo una parte de
la sociedad tiene los conocimientos básicos de convivencia que termina
perdiendo al verse invadido por una masa que no tiene la mínima idea de cómo
vivir en sociedad, respectando derechos y cumpliendo deberes atinentes a su
conducta y para con los demás.
Podrá el argentino revertir esta situación anacrónica de su
conducta social, es un desafío enorme, como lograrlo sin un compromiso, de toda
la sociedad, donde se depongan intereses egoísmos e ideologías de sectores de
la sociedad hoy fuertemente enfrentados.
La educación es la madre de las batallas, apelando a un término
dramático, pero es una realidad palpable, y acá tenemos un gran problema desde
hace muchos años, casi diría desde comienzo de nuestra república, los
sindicatos, no son asociaciones democráticas en su contexto, si uno conoce un
sindicalista lo primero que dice es que es democrático porque fue votado por
sus compañeros, lo que no dice que una vez instalado se hace dueño del cargo y
por más que tenga elecciones cada 4 años siempre gana la misma lista, no es una
casualidad al manejar dinero a discreción aunque se hagan auditorias se
inventan gastos del mismo sindicato que son incomprobables, y ese dinero sirve
para comprar voluntades que les depositan su votos en cada termino electoral,
el desgano a la participación de los mismos trabajadores hacen el coctel
perfecto para que los mismos se perpetúen en el cargo y muchos se hagan millonarios
con el esfuerzo de los propios trabajadores , sumado a los favores políticos que
realizan los sindicalistas todos de un mismo partido en el caso de nuestro país
el peronismo, uno se encuentra que sindicalistas que entraron en los gremios
desde el comienzo de la vida laboral transformados en millonarios y nunca una declaración
jurada de bienes.
En ese contexto hoy nos encontramos, que los sindicatos de la
educación están ideologizados y con mucho dinero dispuestos a llevar paros
salvajes con reclamos justos pero con metodologías de extorsión y aprietes a
muchos de sus mismos compañeros, que apuestan dignamente por el futuro del país
porque sin educación no hay futuro.
Que les molesta a los señores sindicalistas más inclusive que
un aumento de sueldo, que se los investigue, y por sobre manera no quieren evaluación
para que el estado pueda saber si están capacitados para enseñar.
Ese es el panorama actual de la educación la base fundamental
para el crecimiento de una república.
Con este panorama en cierne podremos los argentinos vivir
tranquilos, lamentablemente la repuesta es no, si hasta hay representantes
sindicales que pretenden manejar la economía del país obligando con extorsión
al presidente de la republica a cambiar un plan de crecimiento por uno de
miseria que ya ha sido probado, quieren seguir administrando la pobreza para
repartir equitativamente la miseria de millones de ignorantes eso significa el
sindicalismo en la argentina.
JUAN CARLOS VILLANUEVA
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