LA
REVOLUCION DE LOS BOLSILLOS
Es fácil y es doloroso escribir un artículo, cuando está en
juego la moral, la desidia y la mentira.
Los salvadores de la américa latina a la postre socialistas,
con mucho tinte comunista, aunque la diferencia es ínfima cuando todo se mezcla
en populismo teñido de necesidades básicas, como educación, salud y seguridad.
No solo que los gobernantes, dieran prioridad a esas necesidades
sino que en el medio utilizaron la corrupción, como derecho propio por sobre el
pueblo y a la vista del mundo acarreaban en bolsos valijas o bolsas dineros
producidos por el pueblo que pesaban por bultos.
Pero para lograr sus cometidos primero, se aseguraron una
pata de la republica tal vez la que nos debería defender de los abusos, la
Justicia la corrompieron con cargos inmerecidos sueldos siderales, los hicieron
intocables para el pueblo, y en muchos casos seguramente sobres abultados de
dinero.
La pregunta es donde está la moral de la Justicia, la dejaron
en el jardín de su casa quinta, o solo que para ellos la moral no existe, y
solo se trata de un entramado de leyes que para un mismo objetivo hay de a
cientos, pero o casualidad la ley existe solo para el pueblo trabajador aquel
que se rompe el lomo, para ganar su sustento, y cumpliendo una constitucional
que en su mayoría desconoce ni los derechos que tiene ni los que le
corresponden, de ese entramado parece que en algunos casos los únicos que
entienden son ellos.
Cuando Lula con su Petrolao, Maduro, con su guerra comercial
con el imperialismo, y Cristina apelando a su ex llorisquean en los pulpitos no
le cuentan a sus pueblos cuantas bolsas de dinero pesaron para su peculio
personal, se desgañitan acusando al norte o al mundo, mientras los aviones con
sus cargas pesadas aterrizan en paraísos fiscales.
Donde está la moral, si con una mano acusan y con la otra
roban el esfuerzo, la esperanza el futuro.
Donde está la moral, si los pobres cada día se cuentan por
decenas y se los oculta y se los calla con un subsidio menesteroso, con lo cual
compran el voto y su silencio, y ganan su aplauso de ignorancia porque claro no
conocen sus derechos, la justicia es solo del relato, y los buitres
imperialistas no le interesan los pobres sean argentinos, venezolanos o
Brasileños.
Solo le queda a los pueblos, el libro de Galeano grabado a
fuego las venas abiertas de américa latina, el hambre y la pobreza debajo de
alfombras, con color de patria.
JUAN CARLOS VILLANUEVA
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