MEMORIA

Cuando la memoria se convierte en slogan, no sirve para recordar a las víctimas, de uno y otro lado, solo los verdaderos deudos llevaran el dolor de por vida en sus corazones, el grito las blasfemias de muchos que no fueron alcanzados por la tragedia, solo trae confusión.

Argentina paso por un periodo, de tragedia productos de desencuentros, del pasado y se llegó al 24 der marzo de 1976.

Ha de saberse en honor a la verdad, que las FFAA ya estaban en la calle por un decreto firmado  presidencia de un gobierno democrático, el 5 de febrero de 1975 firma el decreto de comienzo del operativo Independencia 1 año antes del golpe de estado.

La tragedia argentina comienza en los años 70 con el secuestro y luego asesinato del gral. Pedro Eugenio Aramburu, según puede saberse, en venganza por el golpe de estado de 1955.

Aramburu ejerció el poder de facto desde el 55 hasta el 58 fue tan asesino como quienes los precedieron hasta secuestrarlo y matarlo el 1 de junio de 1970.

Fue la presentación formal del grupo montoneros, que llevaban como bandera el socialismo creyendo que la argentina seria la sierra maestra de Fidel, cuan equivocado estuvieron que cada cuartel o comisaria que atacaran sembrando muerte, lograban más rechazo de la sociedad, y todo se llevaba a cabo primero en el gobierno de Ongania luego en el de Campora y Perón a posterior también de Isabel quien ordeno el operativo Independencia, hubo muchas muertes inocentes y de ambos lados, la memoria debe pasar por los muertos no por las ideologías, porque intentar tomar un gobierno por el uso de las armas no es digno ni para militares ni para revolucionarios utópicos,

Los pueblos se equivocan más cuando, las mentiras se mezclan con la ignorancia.

A los jóvenes idealistas de hoy les diría que lean la historia, que no se justifica una muerte de ningún lado, y el morir por una idea política y no consensuar una convivencia pacífica, es tan criminal como una guerra misma, la libertad es un derecho del hombre no lo arruinemos con falsas utopías, aprendamos del pasado, y miremos el futuro.

                                                                              JUAN CARLOS VILLANUEVA