Hablar de justicia en la argentina, es como encontrar una
aguja en un pajar, prácticamente no existe, o bien existe para una clase social
los pobres,
Me lleva a pensar, en un viejo libro de Sarmiento que por
esas cosas de la justicia imperante ya en aquel entonces tiene dos nombres, en
Chile fue civilización y barbarie, en Argentina Facundo.
La verdad dicha de frente sin vaselina enoja mucho a la
Argentina la misma que pide verdad y justicia.
Muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras por la corrupción
imperante son los mismos que la toleraron en sus propias narices sin decir nada
o pensaron que la corrupción es sistemática al poder político, pero con límites
aceptables son los mismos que hace mucho inventaron el roban pero hacen, los
cuales sus abuelos les hablaron de una derecha recalcitrante y gorila que
acumulaba riquezas en el siglo pasado, sin coparticipar beneficios a las clases
más desfavorables.
Hoy comprueban que la corrupción no solo enriqueció a los políticos
y sus amigos, sino que también corrompió a la justicia quienes deberían ser los
garantes de la constitución y de las leyes.
Volviendo a Sarmiento la barbarie se invirtió, aquellos
salvajes que eran indomables como sociedad que mataban, hoy se convirtieron en
jueces de la nación producto de la mentira, muchos hasta de su currículo, otros
por la avaricia de querer ser lo que no pueden ser.
La justicia se ha transformado en una pesadilla para la
sociedad, jueces corrompidos de manera insensible al clamor de justicia de la población,
apelan a los tiempos como si los seres humanos fuéramos inmortales, y los juicios muchos prescriben
por el tiempo, esperando solo que un juez lea la constitución y piense debo
aplicar la ley, pero claro tal o cual persona, me permitió tener una mansión,
ahorros en mi cuenta como lo voy a juzgar con solo que me presente un escrito,
es suficiente para estirar un poco más los tiempos, hay que analizarlo y luego
dictar resolución, además investigar su entorno familiar a ver si tiene amante que
puede aportar, y sigue por los niños que no son niños, que no pueden ni
explicar cómo tienen lo que tienen, pero disfrutan de los bienes que el
iluminado de su papa de ser cajero de un banco paso a ser millonario en pocos
años sin sacarse el loto.
Es tragicómico porque el bárbaro, debe ver un funcionario político
de alto rango, revoleando bolsos con 9 millones de dólares, o una caja de
seguridad con casi 5 millones de dólares que pertenece a una chica de 28 años
que solo tiene el mérito de ser hija de, pero claro hay que ver la procedencia
y si es un ilícito.
Sres. barbaros es tan fácil saber el patrimonio de una
persona durante su vida como recitar una tabla de 2por 2 sin ser economista,
existen dos máximas, él debe y haber, para más fácil cuanto tenían y cuanto
tienen eso cuando hay voluntad se hace en un par de días.
Pero claro uds. hablan de la procedencia del ilícito, y los
ciudadanos entendemos que lo que no hemos ganado con trabajo sino es un regalo
es robo.
La civilización ha perdido ganaron los barbaros de la
justicia, por jueces incompetentes y corruptos por un sistema judicial
perimido, obsoletos y lo que es peor sin moral.
JUAN CARLOS VILLANUEVA